miércoles, 9 de enero de 2008

Pasión apagada


En la suite del crucero que comparten Sebastián y Agustín, están escuchando el Otello de Karajan con Mario del Monaco y Renata Tebaldi. Desayunaron en la cubierta, al día anterior visitaron Auckland, y zarparon a la noche; ahora van destino a Bali...

-Mein Gott! -dice Gustl...
-Was gibt?
-Qué chonguitos onda rugbiers había en Auckland, mejor que en Sydney...
-Nena! vos siempre estás caliente como un termo... No me hables de esas cosas ahora, estoy teniendo un orgasmo musical...
-Griseta! Los únicos orgasmos que tenés son escuchando música... Tenés que tener sexo...
-No soy un ser sexual; lo sabés...
-Dale, de chica te encantaba la garompa, ahora estás hecha un bloque de hielo, como la Nina...
-Y bueno, soy como la diva serena; y no me compares con la marica traumada esa...
-La diva serena era más trola que Luciana Salazar! Me contó el gordo Albanese, que cuando vino a cantar Tosca al Colón, tardó en salir a escena en el segundo acto, porque se quedó haciéndole una fellatio a uno del coro...
-Y bueno... A mí no me gusta chupar pija... Dios! Cuesta creer que la pura y cándida Desdemona, haya sido una libertina... Yo pensé que nunca se casó porque era torta...
-No! no era torta! le encantaba la pija... Dios! Mirá este pedazo de macho cantando el "Credo in un dio crudel" tan a lo bestia, tan brutal, debe coger como los dioses...
-Dios! sacrilegio!
-Sebastiana! mi abuela es más ardiente que vos... Tu problema es que no se te para...
-Y vos lo publicás en todos lados...
-Y si sos impotente... Sos lindo pibe, un poco gordito y fofo, pero sos un lindo rubiecito; podríamos tener buen sexo, me sacaste toda la inhibición que tenía en mis años mozos, pero no se te para...
-Y vos sos más pasiva que puerta giratoria loka!
-Y sí... A mí me gusta que me den por popa.
-A mí no, me duele...
-Sos tan maricona que hasta te duele la pija...
-Che, qué te parece si cuando termine el Otello, ponemos el Falstaff que me ragalaste?
-No querida... No me la voy a pasar todo el tiempo encerrado acá escuchando y mirando ópera... quiero shirar...
-En este crucero de cacatúas?
-hay algunos pendejos lindos, u hombres de mediana edad... Tenemos que ir al spa.. al sauna, a la ducha escocesa...
-Ahora quiero escuchar el Otello...
-Tengo una idea loka...
-A ver...
-Mientras escuchamos el Otello, nos tocamos...
-Agustina! estás caliente conmigo?
-De chico estaba enamorado de vos, pero ahora que sos impotente...
-mmm Bueno, ponete en boxers... Vos sí me gustás... pero nada de tocarnos los genitales...
-Mirá, me saco la remera, y la bermuda, me quedo con el boxer... Acercate a mí, tocame Sebi...
-Bueno, basta!
-Por qué basta! Tenés que desinhibirte loka... Ponete vos también en boxers... Yo te saco la ropa...
-Pero no me toques los genitales que me da impresión...
-No te voy a hacer nada malo...
-Ay loka! donde quedó nuestro encanto homosexual, nuestro veneno, nuestro chusmerío, nuestra fascinación por el cuuerpo del otro, nada me calienta ahora...
-Sebi... Estás completamente deserotizado... No se te para, no te ponés warm... Así no vas a llegar a ningún lado, conmigo, ni con nadie...
-El sexo es un trámite para mí ahora, ni me masturbo...
-Tenés que volver a ser el adolescente ariente que eras a los 17 años... Yo te voy a ayudar...
-No, basta, vestite... yo también... Me incomoda esto...
-Ahora te doy asco?
-No! Pero no quiero tener sexo, bueno, quedémonos en boxers escuchando el Otello abrazados, pero no me pidas que pueda responder sexualmente... Por favor Gustl... Entendeme...
-Está bien...



Augustin von Reichenau, barón de Gauensdorf y conde de Ferenczy, Buenos Aires, 9 de enero de 2008.

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