jueves, 26 de marzo de 2009

Un regalo del cielo


Personajes:

- Friedrich Sebastian Wilhelm Thomas Gottlieb August von Schloss-Hohenzollern und zu Sachsen-Coburg-Gotha (Sebastián).

- Augustin Maria Ferdinand Franz Joseph Xaver Otto Karl von Reichenau-Esterházy et Ferenczy-Andrassy von Patáky (Gustl).

- Sebastián Arnoux O’Farrell (La Bastion).

- Frédéric.

- Azafata.


(Luego de despachar el equipaje en el están de Air France del espigón internacional del aeropuerto de Ezeiza, pasar por migraciones y por el Free Shop, donde compran perfumes, chocolates y una botella de Scotch, Sebastián, Gustl y la Bastion, esperan 15 minutos, hasta que se anuncia por altavoz, primero en castellano, y luego en inglés, que los pasajeros del vuelo 5277 de Air France, con destino a París, pueden embarcar. Se acercan a la puerta correspondiente, pasan por la manga, y llegan hasta la puerta del Boeing 777 que los llevará a la “Ciudad Luz”, donde el jefe de cabina, un muchacho pelirrojo, de unos 30 años, les da la bienvenida a bordo en un precario español, los tres jóvenes atraviesan la primera clase, luego la Business, y finalmente llegan al “gallinero”, también llamado clase turista o económica, donde durante trece horas tendrán que estar apretujados casi sin poder reclinarse y comiendo una cosa recalentada que pretende obtener el título de comida, y teniendo como único consuelo, una diminuta pantalla de plasma, donde podrán elegir ver una docena de películas, dibujos animados, video juegos, el clima y la ubicación del avión, y algo de música funcional para nada interesante. Llegan a la fila 19, sus asientos son los tres al lado izquierdo del pasillo izquierdo.)

Sebastián: ¿Dónde querés sentarte vos Gustl: ventanilla, centro o pasillo?

Gustl: Me da igual.

La Bastion: A mí también me da lo mismo.

Sebastián: Bueno, andá vos Gustl a la ventanilla, así mirás, y podemos toquetearnos y éste (señala a la Bastion) nos tapa.

La Bastion: Por mí mejor, así es más fácil salir para ir al baño.

(Sacan de sus mochilas, sus notebooks, y Sebastián saca un mazo de naipes franceses, luego de esto, las acomodan en los compartimentos superiores y finalmente ocupan cada uno su asiento.)

Sebastián: (despliega la mesita del asiento de adelante y apoya el mazo) El avión va a tardar más de media hora en despegar, nos da tiempo a jugar un partido de Carioca…

Gustl: El avión no es lo más cómodo que hay para jugar a las cartas…

Sebastián: ustedes quisieron hacer el viaje a lo gasolero, si era por mí, iba en primera, ahora se callan y se joden.

Gustl: Cuando tengas el eyecandy en las habitaciones séxtuples de los hostels, no vas a querer volver más a las suites imperiales…

Sebastián: Eso espero… Abran sus mesitas y pónganse de forma lo más diagonal a mí posible, Bastion, ¿Te acordás como es? La primera mano son dos piernas, la segunda es una pierna y una escalera, la tercera son dos escaleras, la cuarta son tres piernas, la quinta son dos piernas y una escalera, la sexta son dos escaleras y una pierna, y la séptima son tres escaleras… (Sebastián mezcla las cartas, Agustín corta el mazo, y Sebastián reparte seis cartas a cada uno, que se acomodan en la mano, las ordenan de menor a mayor, por palo y por juego.)

Gustl: ¡Mmm! Qué puquiría di mierda…

La Bastion: Bueno, si vamos a hablar…

Gustl: Ah no chiquita, ¡Así no! ¡Así yo no! Encima que me toca un juego de mierda, no puedo hablar ¿Pero estamos todos locos?

Sebastián: No le hagas caso Gustlein, está fula, porque está sin el macho…

La Bastion: ¡Cualquiera! Rodri no tenía plata para venir, podemos separarnos un mes y medio y no me voy a morir…

Sebastián: Le pudiste haber pagado el viaje vos, que sos una suiza de buen pasar que vive en la Horqueta… (mira su juego) “Herrgott im Himmel!” Me hace falta una sola carta y me voy…

La Bastion: Yo no soy el Banco Santander…

Gustl: Tengo dos noticias para darte Sebastián Arnoux, una buena y una mala, la buena es que ni vas a pensar en tu marido, porque en los hostels de Francia, Alemania y el Benelux, uno deleita la vista como no lo hace ni ante el glaciar Perito Moreno, motivo por el cual insití en hacer el viaje de esta manera y no a lo “alta aristocracia”. La mala es que me voy (muestra sus dos piernas, una de reinas, y la otra de nueves.) Quinientos puntos por irme de una, ¿Tienen para anotar? (pausa) dejen, yo tengo (se anota quinientos puntos en su Palm).

La Bastion: ¡Mala la marica!

Sebastián: Dicen que el que tiene suerte en el juego…

Gustl: Yo no pretendo tener suerte en el amor, ya la tengo, quiero tener eyecandy en Uropa, y si es posible, también degustar…

La Bastion: ¡Una prostituta!

Sebastián: ¡Ay Mannette! Qué poco glamour tienen tus frases moriacasanescas…

Gustl: Yo mezlco ahora, cortás vos Sebastián Arnoux… (mezcla y le dice a Sebastián von Schloss) dale el mazo a Sebastián Arnoux para que corte (Sebastián von Schloss le alcanza el mazo a la Bastion, éste corta, se lo da a Sebastián von Schloss y éste se lo da a Gustl) Basti, dale siete cartas a Sebastián Arnoux (Gustl reparte siete cartas para cada uno, le va dando una a Sebastián von Schloss para que este dé una a la Bastion, se quede con una él, y Gustl se queda a su vez con una al final, así hasta llegar a siete)

Sebastián: Bueno, ahora es una pierna y una escalera… (acomodan el juego) mmm… “C’est interessant!” (La Bastion tira una carta) ¡Minusválida mental!

La Bastion: ¿Eh?

Sebastián: ¡No me tires eso! Me arruina el juego…

La Bastion: ¡Me alegro! (cambiando de tema) ¡Cómo odio los aviones! Son incómodos, uno se marea, y cuando llegás a donde vas, siempre hay que cambiar el reloj y es otra época del año y el clima es diferente…

Sebastián: (atento al juego) Esta la gano, ya es un hecho que gané…

Gustl: ¡Mostrá!

Sebastián: No, todavía no tengo el juego…

Gustl: Bueno, entonces descartate de alguna que no te sirva…

Sebastián: ¡Es que me sirven todas!

Gustl: Me importa un carajo, descartate igual… (Sebastián se descarta de un siete de corazones) ¡Uy, justo la que me hacía falta a mí! Acá tienen pierna de jotas, y escalera de corazones sin comodines… mmm tatatatatatá: mil doscientos cincuenta puntos, por haberme ido, más el puntaje, más no tener comodines, más los quinientos de la primera mano, son mil setecientos cincuenta puntos, ustedes dos están en cero, ahora te toca mezclar a vos Sebastián Arnoux, y Basti corta…

(Suena una campanilla, y por altavoz se oye una voz aflautada hablando en un castellano muy gangoso y nasal “¡Buenos días, señores pasajeros! Les habla el comandante, Alexandre Duval, en nombre de Air France y de la alianza SkyTeam, les doy la bienvenida al vuelo 5277 con destino a París, esta aeronave es un Boeing 777-300ER, el vuelo saldrá a las 11:45 am del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Ministro Pistarini, y la duración estimada será de doce horas y media, ante cualquier inconveniente, dirigirse al personal de abordo, que tengan ustedes un buen viaje” el capitán repite el mismo discurso en francés, y en inglés, el avión sale de la base y carretea hacia la pista mientras una voz femenina por alto parlante, recuerda a los pasajeros que deben permanecer sentados con los asientos derechos y los cinturones de seguridad ajustados hasta que la señal lo indique, así mismo no está permitido usar celulares ni aparatos electrónicos hasta que se indique y no está permitido fumar hasta haber bajado del avión, al mismo tiempo que en las pantallitas de plasma que hay delante de los asientos, se les muestra a los pasajeros cómo usar la máscara de oxígeno en caso de que sea necesario, el tobogán-balsa, y cómo evacuar el avión en caso de emergencia. Sebastián Arnoux, Sebastián von Schloss y Gustl, ya guardaron los naipes y plegaron las mesitas en los asientos de adelante, enderezaron sus asientos y se abrocharon los cinturones de seguridad, se oye por altavoz: “estamos próximos al despegue” El avión se posiciona en la pista, Gustl hace la Señal de la Cruz y reza interiormente “Padre Nuestro”, “Ave María”, y “Gloria”, se oyen las turbinas acelerando, y el avión empieza a carretear cada vez más fuerte por la pista hasta que el enorme cigarro de acero de cientos de toneladas levanta vuelo y en pocos segundos, se puede divisar fácilmente la Capital Federal y los alrededores, el Río de la Plata, hasta que llegan a tener tal altura que se encuentran atravesando las nubes y así hasta que la señal informa a los pasajeros que pueden desabrochar sus cinturones de seguridad, reclinar y abandonar sus asientos y encender algunos aparatos electrónicos)

Sebastian: (vuelve a abrir la mesita y apoya su notebook, que la enciende) A ver… Ya tenemos el itinerario, acá hay un mapa de Europa, llegamos a París, donde vamos a estar diez días, nos hospedamos en el Hostel Jules Ferry, que queda a cinco minutos de La Concorde, de ahí salimos en tren a Bélgica, primero Bruselas, tres días, Brujas, dos días, Amberes, dos días, luego Holanda, vamos a Utrecht a visitar a nuestras amigas holandesas, cinco días en Utrecht, de ahí a Rotterdam, tres días, Amsterdam, diez días, de ahí tren a Hamburg, cinco días, de ahí a Luxemburgo, nos quedamos cuatro días en mi casa, y de ahí un charter a Charles De Gaulle, y de vuelta a Buenos Aires.

(se acercan dos azafatas con un carrito)

Azafata: (A Gustl) ¿Qué desea tomar señor?

Gustl: Cerveza, por favor (la azafata le alcanza una lata de Grolsch y un vaso)

Azafata: (A Sebastián von Schloss) ¿Usted, señor?

Sebastián: Cabernet Sauvignon, y un vaso de agua mineral bitte… (Le alcanza una botellita individual de vino de Burdeos y llena un vaso con Evian)

Azafata: (A la Bastion) ¿Usted, señor?

La Bastion: Coca Cola Zero por favor… (La azafata le sirve un vaso con Coca Cola Zero)

Azafata: (A Gustl) ¿Carne o pollo?

Gustl: Pollo… (La azafata le alcanza una bandejita con una media pechuga en un colchón de hongos y cebolla con una salsa bechamel y papas noisette, un pancito redondo y una tartita de frutos rojos)

Azafata: (A Sebastián von Scholss) ¿Carne o pollo?

Sebastián: Carne… (Le alcanza una bandejita con dos medallones de lomo con una salsa oscura y espinaca a la crema, el pancito redondo y una tartita Marquis de chocolate)

Azafata: (A la Bastion) ¿Carne o pollo?

La Bastion: Pollo… (Le da la misma bandejita que le dio a Gustl, y sigue repartiendo las bandejas de comida, los tres muchachos empiezan a comer) Nos dan re posquito, y está recalentado…

Gustl: Y eso que de las que vuelan a Europa, podría decirse que Air France es la mejor…

Sebastián: Yo hago de cuenta que estoy comiendo en un restaurant de La Cité, frente a Notre Dame…

Gustl: Mirando los chongos galos…

Sebastián: (luego de beber un sorbo de vino) ¿Lo único que pensás es en los chongos? Parece que en lugar de pensar con la cabeza, pensaras con el culo…

Gustl: Miralo a Ottavio, tiene 97 y se pasó a media humanidad… la otra mitad eran mujeres… ¡Puta madre! ¡Estoy cagado de sed! Se me acabó la cerveza…

La Bastion: Yo soy hombre de un solo hombre…

Sebastián: ¡Claro! Tu novio es Alzaga de segundo apellido, vasco francés…

La Bastion: Vasco español.

Sebastián: ¡Se dice euskera!

Gustl: (comiendo lo último que queda del pollo) ¿Y vos cómo sabés?

Sebastián: ¡Ay nena! Mi mamá fue a colegio español para señoritas en Viena, de la Orden de San Ignacio de Loyola… que era de Euskadi…

Gustl: Bueno querida, te informo que euskera es el idioma vasco, el País Vasco español, se entiende que Navarra queda afuera, en vascuence se dice Euskadi… Aunque no sabría precisarte si el apellido Alzaga es de Navarra o de Euskadi…

Sebastián: “Herrgott im Himmel!”

Gustl: “Servus Mariae nunquam peribit! Et ave Maria, gratia plena!”

Sebastián: ¡Callate pelotuda!

La Bastion: ¿Qué les pasa locas?

Sebastián: (Les señala a un joven rubio de ojos celestes, incipiente vello facial rubio, delgado y esbelto, labios rosados, zapatillas beige, jean y remera color celeste pastel, que se levanta de su asiento, en la fila del medio, tres filas más adelante que ellos, y camina como desorientado, y de a ratos se detiene cerca de ellos tres) ¡Mirá lo que es! ¡La puta que vale la pena estar vivo! ¡Ya empezó el eyecandy! Antes de llegar a los hostels, y en un avión, en el cielo… ¡Cerca de Dios!

Gustl: ¡Callate MOMA! Hacé menos escándalo (lo mira) La verdad que el pibe está bárbaro, y mirá, está solo, se levanta, va de acá para allá se para cerca nuestro y se hace el boludo, seguro que es loka, y argentino…

Sebastián: Para mí es alemán, tiene pinta de alemán, se parece a mí, pero más flaco, chicas, A la mierda el viajecito de hostels, cuando llegamos a Charles De Gaulle, rento un charter a Luxemburgo y nos llevamos a esa belleza a mi casa, y ahí nos lo enfiestamos las tres durante un mes y medio…

La Bastion: ¡Qué putos que son! Sólo buscan pija, no saben lo que es estar enamorado, yo le soy fiel a mi novio, no hay otro hombre en el mundo para mí…

Sebastián: ¡Así no cogés nunca imbésila!

Gustl: Bueno, basta, no se peleen, ahora va a pasar la azafata a retirar las cosas de la comida, cuando haya orden en el avión: ¡Pegamos el batacazo!

Sebastián: ¡Forra! ¡Te lo querés quedar vos y no compartirlo! ¡Te conozco! ¡Toda tu vida fuiste una quitamachos!

Gustl: ¡No tarada! Al que le toca le toca…

Sebastián: ¡Yo canté prí!

La Bastion: Yo no participo…

Sebastián: ¡Quedate con tu gigolo venido a menos de San Isidro!

La Bastion: Cuack!

Sebastián: Ahí vienen las azafatas, tardan las mogólicas… hablemos en alemán así no nos entienden, ¡Franchutas del orto!

La Bastion: Yo no entiendo alemán, mami…

Sebastián: Sos poquita cosa Sebastián Arnoux, ni hablar alemán sabés, ¡Andate a La Horqueta con tu pitufo!

La Bastion: Que mide dos metros…

Sebastián: Y la tiene de doce centímetros…

La Bastion: Cuack!

Gustl: ¡Calmate nena, estás cebada! ¡Tomate un Rivotril!

Sebastián: Tenés razón Agustín, a ver, ¿Cómo era el Mantra budista?

Gustl: ¡No sé, yo soy católico!

(Las azafatas despejan la zona y a los cinco minutos el chico rubio se vuelve a levantar y se dirige a la parte trasera del avión y aminora su paso, al pasar por donde están los nuestros, Sebastián von Schloss, golpea a la Bastion y le dice que lo deje pasar a buscar la cámara de fotos)

Sebastián: (Al chico rubio) “Ich entschuldige mich! Kannst du…

Frédéric: (Con acento afrancesado) Eh, discúlpame, yo no hablo alemand…

Sebastián: ¿Español?

Frédéric: Un poquito (se ríe).

Gustl: (desde su asiento) ¿De dónde sos?

Frédéric: Bélgica.

Sebastián: (Con ímpetu y seguro de sí mismo) Vlaamse?

Frédéric: No, français…

La Bastion: Je parle pas français…

(Sebastián von Schloss y Gustl se miran estupefactos y miran a la Bastion llenos de odio)

Sebastián: Pero no se le entiende nada, porque él es de Suiza, y en Suiza hablan el francés que estaba de oferta…

Frédéric: ¡No! El francés de la Suisse est tres bien… Pero prefiero hablar castellano…

Gustl: ¡Eso lo hacemos muy bien los tres!

Sebastián: Sentate en mi asiento, no te quedes ahí parado…

Frédéric: No, no, así está bien…

Sebastián: ¿Cómo te llamás?

Frédéric: “fgredegrík”, en castellano es Fedeguico…

Sebastián: Ah, tres bien! Je m’apelle Frédéric Sebástien; “Friedrich Sebastian”, je suis allemand… Mon ami Augustin est austrichien et hongrois…

Frédéric: ¡Muy bien! (a la Bastion) ¿Y vos?

La Bastion: Yo soy de Argentina, mis abuelos son de Suiza y de Irlanda.

Frédéric: Tres bien! Yo apasionado par l’Irlanda, e la Suisse est encore une grande nation… (pausa) Al lado de mí hay un asiento vacío, cuando vos quieras podés venir a sentarte comigo… ¿Cuál es tu nombre?

La Bastion: Sebastián.

Frédéric: Es muy bonito nombre!

Sebastián: Yo me llamo igual…

Frédéric: Sí, ya me lo habías dicho. Bueno ¿Quieres venir al asiento que está al lado de mí?

La Bastion: Bueno, voy un rato, vuelvo después chicos, kisses!

(se van)

Sebastián: ¿Vos viste eso?

Gustl: Sí que lo ví, no soy ciego…

Sebastián: ¡Bastion hija de una gran puta! Haciéndose la mosquita muerta, mirá, se fue con el belga, y en cualquier momento, saborea la “velga”...

(Una violentísima turbulencia sacude al avión, Gustl y Sebastián von Schloss se toman de la mano y rezan sottovoce)

Sebastián y Gustl: (al unísono) Salve, Regina, Mater misericordiae, vita dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Hevae, ad te suspiramus, gementes et flentes, in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos
misericordes oculos ad nos converte; et lesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exilium ostende. O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria. Amen!

(Las azafatas sirven el desayuno, y finalmente llegan al aeropuerto Charles de Gaulle, la Bastion vuelve con Sebastián y Gustl)

Sebastián: ¿Y Frédéric?

Gustl: Eso, ¿Qué pasó con el pendejo?

La Bastion: Ah, sí, es re copado, tiene veintiún años y ya se recibió de periodista, habla francés, inglés español y chino, re limamos hablando, se me pasó volando el viaje…

Sebastián: Bueno, decile que venga…

La Bastion: No, ya se fue, estaba apurado, perdía la conexión a Bruselas.

Gustl: ¿Pero no sabés dónde vive en Bruselas?

La Bastion: No, no le pregunté…

Sebastián: ¿Y su apellido? ¿Algún dato para ubicarlo?

La Bastion: No, rien de rien… Ah, Gustl, tenemos que terminar el partido de carioca, a ver si te logro sacar del puesto de invicto…


Finis operis.

Manuel Lamas, Buenos Aires, 21 de marzo de 2009

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