jueves, 26 de marzo de 2009
La tía Carola
Personajes:
Sebastián
Agustín
Carola
Casa de Sebastián en Núñez.
Agustín: Che, Sebas…
Sebastián: ¡Eu!
Agustín: Tengo que pedirte un favor…
Sebastián: -ordenando los discos de su repisa- Decime…
Agustín: Necesito que me vendas un disco tuyo.
Sebastián: Mmm, vos sabés que no vendo mis discos…
Agustín: Pero lo necesito para regalárselo a mi prima que viene de Austria, y hasta dentro de dos años no la vuelvo a ver, es su sinfonía favorita de su compositor favorito, dirigida por su director favorito…
Sebastián: Te va a convenir comprarlo en la disquerías, así se lo regalás nuevo…
Agustín: Es que en la disquerías lo venden a 120 pesos y yo no tengo esa plata, y vos lo tenés casi nuevo, lo compraste la semana pasada…
Sebastián: ¿Vos querés que yo te venda la Novena de Mahler por Giulini con la Sinfónica de Chicago?
Agustín: ¡Exactamente!
Sebastián: ¿Y cuánto me darías?
Agustín: 60 pesos, es la mitad…
Sebastián: No Agustín, bajo ninguna circunstancia, yo tardé mucho tiempo en comprar ese disco, y quiero comprarme el Così de Böhm y el Don Carlo de Visconti, no llego ni en pedo…
Agustín: Pero sos mi mejor amigo, hacelo por mí, ¡no seas garca!
Sebastián: No, no puedo, ya tengo la plata para el Così y cuando vuelva Guillermo de Nueva York, me va a traer el Don Carlo que ya se lo encargué.
Agustín: Pero yo quiero recibir a mi prima con ese disco, por favor, te doy 60 ahora, y te pago 6 pesos durante 10 semanas para pagarte el resto…
Sebastián: ¡Ni en pedo! Con la inflación que hay, cuando me lo hayas terminado de pagar, va a costar el doble…
Agustín: Bueno, te pago 8 por semana, más no puedo, hacelo por todas las que hice por vos…
Sebastián: No Agustín, lo siento mucho, pero no…
Agustín: Bueno, muy bien, ahora en 10 minutos viene tu tía Carola, vos la semana pasada le pediste plata a ella supuestamente para comprar unos libros para la facultad, y los dos sabemos muy bien que te compraste discos, y hoy le vas a pedir de nuevo, y tenés pensado comprarte más cosas, si vos no me vendés esa novena de Mahler, yo le cuento todo a tu tía…
Sebastián: ¡Esperá! Yo te lo doy, me das los 60 pesos ahora, y el lunes me das los otros 60…
Agustín: No, 60 ahora y 8 pesos durante 10 semanas es mi última oferta…
Sebastián: ¡Sos bien guachito!
Agustín: Decime vos…
-golpean la puerta-
Sebastián: ¿Quién es?
Carola: -desde afuera- Soy yo Sebi, la tía Caro…
Agustín: Decidite ya...
Sebastián: Un momento, ya abro… -va a la repisa y agarra el disco de la Novena de Mahler poro Giulini- Tomá, te lo regalo, andate por la puerta de servicio, y no vuelvas a aparecerte nunca más por acá…
Agustín: Pero somos mejores amigos…
Sebastián: Vos me demostraste qué tan amigos somos, desaparecé si no querés que te rompa la cara –Agustín se va triste, Sebastián le abre a su tía-
Carola: ¿Cómo está mi sobrinito? Te traje unas medias lunas de La Argentina, que tanto te gustan, pero… ¿Dónde está Agustín?
Sebastián: De eso quería hablarte tía, ya no va a haber más Agustín, me peleé con él…
Carola: ¿Pero qué pasó? Si ustedes son amigos de toda la vida… Contame querido…
Sebastián: Agustín me robó.
Carola: ¿Cómo que te robó?
Sebastián: Sí tía, viste que la semana pasada yo te pedí 120 pesos que vos me diste de la pensión del tío para comprar un libro importantísimo para rendir Lingüística III?
Carola: Sí…
Sebastián: Bueno, yo ya lo había reservado en la librería que está al lado de la facultad, y cuando voy a pagar, no tenía plata en la billetera, yo había ido a comprar unas cosas a la farmacia, y Agustín estaba en casa, no había nadie más, cuando volví de la farmacia, él se había ido dejándome un mensaje de texto, diciendo que tenía que irse a Florida, que su abuela se había caído, y me robó la plata, hoy lo ví de nuevo, y tuvo que contarme toda la verdad, lo eché de mi casa y estuve llorando durante media hora…
Carola: ¡Ay Sebas, hijito! ¡Qué barbaridad! No te preocupes, yo te doy la plata de nuevo, decime cuánto era, ¿120 pesos?
Sebastián: No dejá tía, no vas a pagar vos los platos rotos, gracias pero no lo puedo aceptar…
Carola: No, bajo ninguna circunstancia, tomá la plata –le da el dinero-.
Sebastián: ¡No tía, no! –Hace ademán de no agarrarlo!
Carola: ¡Te digo que sí canejo!
Sebastián: Bueno, te agradezco muchísimo, ¡Es un desgraciado!
Carola: ¡Ah, pero esto no se va a quedar así, yo voy a hablar con la madre de ese sinvergüenza y le voy a contar todo! ¡Para que aprenda!
Sebastián: No tía, por favor, te pido que no hables con nadie, a mí me hace muy mal, yo no quiero saber más nada de Agustín nunca más en mi vida…
Carola: Bueno, mi chiquito, bueno, ¡quedate tranquilito!
Sebastián: ¡Gracias tía, te lo agradezco de corazón! –guarda el dinero en su billetera y abraza a su tía-
Manuel Lamas, 20 de enero de 2009
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