jueves, 26 de marzo de 2009

Königsberg siempre, Kaliningrado nunca!


PERSONAJES:

Friedrich Sebastian Wilhelm Thomas Gottlieb August von Schloss-Hohenzollern (Sebastián), gran duque de Luxemburgo, Posnania y Lituania, duque de Hohenzollern, Hannover, Sajonia-Coburgo, Sajonia-Varsovia, Rutenia, Prusia, Masovia, Samogitia, Kiev, Volinia, Podolia, Podlasia, Livonia, Smolensk, Severia y Chernihiv, príncipe imperial de Alemania, príncipe real de Prusia y Polonia y señor de la Orden Teutónica.

Augustin Maria Ferdinand Franz Joseph Xaver Otto Karl von Reichenau-Esterházy et Ferenczy-Andrassy von Patáky (Agustín), príncipe Esterházy, conde Andrassy, conde Ferenczy, barón von Reichenau, barón de Gauensdorf, barón von Paraky, grande de España y caballero de Santiago.

Harald Friedrich Otto Siegfried Rudolf Bernhard von Wolfenbüttel-Darmstadt (Harald), duque de Darmstadt y de Sajonia-Altenburgo.


Salón en la casa Sebastián en Gelly y Obes y República del Líbano, Buenos Aires.




Agustín: (a Sebastián) ¡Qué puto que sos!

(Harald se ríe)

Sebastián: ¡Sí! ¿Y qué? Vos no sos muy heterosexual que digamos, querido…

Agustín: Sí, yo soy puto, pero con honra, vos sos una vergüenza…

Sebastián: ¡Andate a la concha de tu madre!

Agustín: No se me antoja…

Harald: (muriéndose de risa) Chicos, no peleen…

Sebastián: (a Harald) ¡Callate vos! (a Agustín) y vos: zorra austríaca…

Agustín: ¡Ay qué lindo! Soy María Antonieta…

Sebastián: Sí, y sos más puta que Catalina, la Grande…

Agustín: ¡Lavate la boca con lavandina, antes de decir que yo soy puta! ¡Bombacha elástico suelto!

(Harald se agarra la panza de la risa)

Sebastián: Te gusta el Schwanz más que el Strudel con crema, y lo que más te gusta es la crema, ¡austríaca de mierda!

Agustín: Y a vos te gusta la Pamplona…

Sebastián: Y decime una cosa, escritor de poca monta, ¿Por qué me decís que soy puto?

Agustín: Porque lo sos: cómo te vas a poner de Untertitel en el Messenger: “O du Knabe du Kind, du allmächtiger Gott!”

Sebastián: Herrgott im Himmel! ¡No tenés vergüenza! Vos mismo cantaste el Komponist…

Agustín: Encima de puto, grasa, hablás mezcolanza de alemán y castellano…

Sebastián: ¡Vos! Augustin Maria Ferdinand Franz Joseph Xaver Otto Karl, vos cantaste el compositor de la Ariadne… y dijiste eso… Además: mi madre santa lo cantó de joven, y fue uno de los caballos de batalla de mi abuela Irmgard…

Harald: (aniñado) ¡Qué gracioso! Tu abuela se llamaba Irmgard…

Sebastián: Sí, es un nombre de mierda, horrible, por eso nunca lo digo, pero ella fue una estrella de la ópera de Viena (a Agustín) entartete Schwul!

Agustín: (se mira las uñas y sonríe) Meine liebe Oma, war auch eine Kammersängerin der Wiener Staatsoper, sie war die “Arabelissima”, mein schönest Bastien… (lanza una carcajada).

Sebastián: Jesus Maria!

Agustín: Und der reilige Joseph!

Harald: (enérgico, pero divertido) Frieden wir haben! Ich bitte euch! (pausa, a Sebastián) Und deine altere Großmutter? Die Frau Fürstin von Schloss?

Sebastián: Ella se llamaba Federica, nombre paquetísimo, además ella era refinada de cuna, una wirkliche mariscala…

Agustín: Puta como una gallina, mala como el cáncer, ridícula como Mirtha Legrand, trepadora como una araña, y más nazi que Hitler…

Sebastián: ¡Dá las gracias porque no te hizo jabón!

Agustín: ¡Y vos también!

Sebastián: Yo soy su nieto, tengo tantos títulos nobiliarios como hijos que tienen las conejas opusdésicas de tus tías, y no son títulos de mierda, dos grandes ducados, tantos ducados que ya me olvidé cuántos tengo, soy príncipe real de Prusia…

Agustín: Un país que no existe hace un siglo…

Sebastián: (prosigue) y príncipe imperial de Alemania…

Agustín: En duodécimo grado…

Sebastián: Y vos, tu bisabuela era una prostituta que de puta casualidad tenía el título de baronesa, se la cogió un archiduque, si no fue un palafrenero, o un mozo de cuadras, y te hacés llamar “Baron von Reichenau”.

Agustín: Soy barón von Reichenau por parte paterna y príncipe Esterházy por parte materna, tu madre, a la que respeto mucho, no tenía título nobiliario, era bataclana.

Sebastián: ¡Decíselo en la cara!

Agustín: Claro que se lo digo, mi abuela paterna también lo era, no es ninguna vergüenza serlo, vergüenza es haber estado afiliada al partido nazi, haber estado en la Hitlerjugend, y haberse acostado con Goebbels… Y encima, ¡ella era polaca!

Sebastián: ¡Polaca las pelotas! Ella nació en Prusia Oriental…

Harald: ¿Dónde nació tu Oma?

Sebastián: ¿Federica?

Agustín: Es obvio que es Federica, encima sos medio pelotudo…

Sebastián: (haciendo como que lo ignora) Federica nació en Posen, Ost-Preussen…

Agustín: Andá a buscar Posen en un mapa de hoy en día, te volvés más puto de lo que sos antes de no encontrarlo nunca, y ni hablar de Prusia Oriental…

Harald: ¿Y tu otra abuela?

Sebastián: ¿Irmgard? Ella nació en Frankfurt.

Agustín: (se ríe estrepitosamente) ¡Pará de mentir! Nació en un pueblito de Hessen que queda relativamente cerca de Frankfurt, es como si a un argentino que nació en Chivilcoy, le preguntan de dónde es, y dice “Nací en Buenos Aires”.

Sebastián: ¡Bruto de mierda! Si el pueblo donde nació mi abuela estuviera tan lejos de Frankfurt, como lo está Chivilcoy de Buenos Aires, hubiera nacido en otro Bundesland…

Harald: ¿Y tu abuelo?

Sebastián: ¿Walther o Rudolf?

Harald: el marido de Federica.

Sebastián: Walther, ese nació en Posen también…

Agustín: Polaco…

Sebastián: ¿Por qué no te vas a la puta que te parió?

Agustín: Porque no tengo ganas. No es vergüenza ser polaco, no sé por qué renegás de tus ancestros…

Sebastián: Pero mi abuelo no era polaco, era prusiano, ¡y su madre era inglesa!

Agustín: Ellos inventaron el apellido “von Schloss” en el siglo XVIII, antes tenían uno polaco, además se convirtieron al protestantismo, porque eran católicos, tus antepasados Sebi, venían de Lituania, así que seguramente, tenés sangre tártara.

Sebastián: Mi tátara-chozno Segismundo, se cambió el nombre y el apellido, se hizo luterano y se casó con la hermana del rey de Prusia.

Agustín: Del cual era amante, y luego lo fue su hijo, y como era tan trucho que ni hablaba bien el alemán y se puso un apellido de mierda, añadió al suyo, el de su esposa…

Sebastián: ¡Callate idiota! Y morite de envidia porque llevo el apellido de la casa real de Prusia y el de la casa imperial alemana, y vos no podés llevar el apellido de la casa imperial austríaca, porque tu bisabuela fue una puta de mierda, aristócrata de bajo rango, que cogía con archiduques casados…

Agustín: Al menos soy descendiente de María Teresa de Austria, Francisco de Lorena, Eleonora de Gonzaga, Maximiliano de Austria, Carlos V, Felipe el Hermoso, y los reyes católicos…

Sebastián: ¡Yo también lo soy! La madre de Segismundo, era archiduquesa de Austria, princesa apostólica de Hungría y princesa real de Bohemia y Moravia, y yo soy legítimo, no bastardo…

Harald: Jesus Maria! Incesto!

Sebastián: Mein Gott! ¡Sí! ¡Somos primos!

Agustín: (se ríe) Mon Cousin!

Sebastián: Bueno, pero somos primos lejanos, además, este es un bastardo, no es mi primo…

Agustín: En cualquier caso… tu bisabuela, la madre de la vieja nazi era de Kaliningrado…

(Harald lanza una risotada)

Sebastián: De todas tus ofensas, esta es la mayor, ¡y exijo una satisfacción!

Harald: ¡Por favor señores! ¡Haya paz! ¡Compórtense de acuerdo a su rango!

Sebastián: No sé qué rango podrá tener el bisnieto de una puta, ¿y cómo querés que haya paz con lo que dice este infradotado? Mi bisabuela Elisabeth, nació en Königsberg, no sé de qué habla este idiota…

Agustín: Bueno, te informo Basti, que la ciudad de Königsberg, donde nació la madre de la vieja nazi de mierda esa, se llama Kaliningrado desde hace una buena cantidad de décadas. Y la casa hanseática donde nació tu bisabuela debe estar rodeada de unos monoblocks socialistas de lindos…







Augustin Maria von Reichenau, Buenos Aires 24 de octubre de 2008.

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