sábado, 11 de diciembre de 2010

Hänsel, trufas, y champagne



BENEDICTO BALAGUER, joven de Belgrano

HARALD VON SCHWAN AN DEN BACH, joven de Florida

Cuarto de Benedicto, en el departamento en el que vive con su madre en Belgrano. Hay una cama de una plaza y media a uno de los lados del escenario, al otro lado hay un silloncito, junto a él, hay una mesita con un samovar y un servicio de té, al fondo hay un escritorio de roble junto a un modular también de roble, donde hay muchos adornos, la mayoría recuerdos de viajes de Benedicto, entre ellos un abanico, hay también un equipo de música, y una notebook. A un lado del escritorio, hay una biblioteca de roble, abarrotada de libros, al otro lado hay una gran repisa, también de roble, llena de CDs y DVDs de óperas, música sinfónica, música sacra, conciertos instrumentales y Lieder alemanes, franceses, rusos y españoles. El proscenio hace las veces de gran puertaventana que da a una gran terraza.
Es sábado de diciembre a la una de la mañana, llueve torrencialmente afuera, Harald y Benedicto conversan y toman té ruso, con trufas y champagne, mientras escuchan diversas piezas de música clásica en youtube. Suena el Himno Nacional de Brasil.


BENEDICTO: Un amigo asturiano dice que se parece a un aria de Rossini, yo siempre lo escucho, no sé por qué, me hace bien, me pone de buen humor, será porque en el fondo soy un Papatacci…
HARALD: ¡Muy gracioso! Un Papatacci…
BENEDICTO: A propósito, estoy escribiendo una obra de teatro, es sobre dos locas, de Belgrano R, re cajetillas ellas, y la obra empieza con las dos en el cuarto de la mansión de la madre de una, y escuchan una y otra vez el “Hino Nacional do Brasil”, y la loca que lo escucha, le dice a la otra, “Es belo, es forte, impavido, colosso”, y la otra, que es una yegua le dice que se busque un amante que sea, “belo, forte, impavido e colosso”, y la loca protagonista, que es regia y rubia, le dice a la otra serpiente, “¡A mí no me hace falta uno de esos, sólo traen problemas!” ¡Ay, Dios mío del Cielo! Si yo pudiese darme esos lujos…
HARALD: ¡Qué bueno que estés escribiendo una obra de teatro! Quiero estar en primera fila cuando la estrenes…
BENEDICTO: Sí, igual, primero, tengo que terminar de escribirla.
HARALD: Sí, lógico…
BENEDICTO: Hej!, Harald…
HARALD: Dime…
BENEDICTO: Si mal no recuerdo, tu madre es brasileña, ¿verdad?
HARALD: Eso mismo.
BENEDICTO: ¿Ella es Gaucha?
HARALD: Bueno, más o menos, los gauchos son del Rio Grande do Sul, mi vieja es de un pueblito que está cerca de Paraty.
BENEDICTO: Me causa gracia como pronunciás Paraty.
HARALD: Sí, es que es una palabra de origen guaraní, y la se te pronuncia como la te inglesa…
BENEDICTO: Entonces tu madre es trilingüe.
HARALD: Mi madre es pentalingüe, porque además de alemán y castellano, habla inglés, francés e italiano, pero portugués casi no habla.
BENEDICTO: ¿Cómo?, ¿es brasilera y no habla portugués? ¿Vino de muy chica?
HARALD: Vino cuando entró a la universidad. Igual, en el pueblo de ella, nadie hablaba portugués, y cuando vino acá, estaba todo el tiempo con alemanes, iba al club alemán de Ballester, a San Bonifacio, y se casó con mi viejo que es descendiente de alemanes y habla alemán, igual aprendió castellano en la facultad, pero portugués casi no habla…
BENEDICTO: ¡Qué locura! ¿Te acordás cuando tu viejo te llevaba a optimist? Y te hablaba en alemán, vos llorabas porque no querías quedarte solo, y él te cagaba a gritos en alemán, y vos te subías a la lancha de la instructora, y te quedabas charloteando conmigo, nunca queríamos navegar…
HARALD: Sí, ¡Jajaja! En esa época los dos, mi viejo y mi vieja me hablaban alemán puro y duro, que no se me escapara ni una palabrita en castellano, ¡jaja! Se re enojaban.
BENEDICTO: ¿Cómo le contaste a tus padres que sos schwul?
HARALD: ¡Ja! A mi vieja, estaba yendo con ella al dentista, en el auto…
BENEDICTO: ¿Qué edad tenías?
HARALD: Catorce, creo.
BENEDICTO: ¿Y le dijiste, “Mama, ich entschuldige mich sehr viel!, ich bin verliebt in das Gretchen nicht, ich liebe sein Brüderchen Hans… Noch nicht mehr für dich und für den Papa, die süsse Hofnung, dass Enkelkinder haben, tut mir Leid!”?
HARALD: ¡Jajajajajajajaa! No, no fue así, ¡jajajajaja!
BENEDICTO: ¡Jajajajajajaa! ¿Cómo fue?
HARALD: Estábamos en el auto, yendo al dentista, y yo le dije a mi mamá, “tengo algo que decirte”, “¿decime Harald?” Me decía ella, y yo le dije, “mama, quiero empezar a ir al psicólogo”.
BENEDICTO: ¡Jua! ¿Y ella qué te dijo?
HARALD: “¡Pero Harald, qué decís!, ¿para qué vas a ir al psicólogo vos, si estás perfecto?” Y yo le dije: “Pero yo quiero hacer terapia”, y ella me decía, “estas modas argentinas de mandar a todos los chicos al psicólogo, así hacen un país de locos”, y ahí le digo, “mamá, soy gay” Bah, no al principio le dije, “soy bisexual”, así el shock era menor.
BENEDICTO: ¡La dejaste lacia!
HARALD: Ahí ella me dijo, “Vas a ir al psicólogo”.
BENEDICTO: ¡Jajajajajajajajaja! Lo mío fue mucho más al estilo culebrón mexicano, se lo dije llorando, y con la nomenclatura médica…
HARALD: “Madre, ¡soy homosexual!”
BENEDICTO: Sí, así, pero no le dije madre, ¡jajaja! ¿Y a tu padre cómo se lo dijiste? A él lo recuerdo como a un marino nórdico muy bravo, tenía pinta de vikingo.
HARALD: ¡Jajajajajaaj! Mi novio le dice “el leñador”, igual, ahora está un poco avejentado.
BENEDICTO: El seguro te dijo. “Was höre ich? Du bist nicht mehr mein Sohn! Sohn Sodoms! Sohn Babilons!”
HARALD: ¡Jajajajajajajajaja! Hijo de Sodoma, hijo de Babilonia, no, no fue nada, un día estábamos de vacaciones en Córdoba, y yo estaba con él y con mi Oma, mirando tele, y justo pusieron en un canal, no me acuerdo cual, un desfile, y yo lo cambié, y mi Oma, me dijo, dejá el desfile, Harald, si a vos te gusta… Y él estaba ahí tomando un té de yuyos y ni se mosqueó.
BENEDICTO: ¡Jua! ¿Y con Mädchen nunca estuviste?
HARALD: Una vez, me quedé a dormir en lo de una amiga, y en el medio de la noche, empezó a sacarse la ropa, y yo aterrorizado le decía, “¡no, basta, no sigas, no sigas, soy gay, soy gay!” Y ella seguía más, y más…
BENEDICTO: ¡Qué gracioso! Yo chapé con varias, una era modelo, y con una gorda casi paso a mayores, pero por suerte, entraron mi amigo el suizo sanisidrense del que te hablé, junto con un montón de subnormales, y me agarraon en la cama con la gorda en llamas, quitándonos la ropa.
HARALD: ¡Jajajajaja! ¡Qué gracioso!
BENEDICTO: Sabés qué, Harald… Yo siempre supe que vos eras schwul, y todos estos años, te busqué para decírtelo…
HARALD: ¡Qué casualidad!
BENEDICTO: ¿Vos también sabías que yo era schwul?
HARALD: No, para mí vos eras el que estaba obsesionado con ir a Disney…
BENEDICTO: ¿Entonces?
HARALD: Yo siempre supe que yo era schwul… ¡Ja!
BENEDICTO: ¡Jajajajajajajajajaja!
HARALD: A todo esto, ¿cumplieron tu sueño, te llevaron a Disney?
BENEDICTO: Al de Orlando, no.
HARALD: ¿Al de Los Angeles?
BENEDICTO: No, a ese tampoco.
HARALD: ¿A Eurodisney?
BENEDICTO: Tampoco…
HARALD: ¡Jodeme que fuiste al de Tokyo!
BENEDICTO: Ecco!
HARALD: ¿Fuiste a Japón y no me dijiste nada?
BENEDICTO: Como no me fui de viaje de egresados, y mis primos, los Lizarrabengoa Karpaty tampoco se fueron…
HARALD: ¡Pará un poco! ¿Quién se llama así?
BENEDICTO: El apellido de mi madre es Lizarrabengoa Labourt…
HARALD: ¡Dios mío, terrible ikurriña!
BENEDICTO: Sí, aus den Baskenland…
HARALD: ¡Jajajaja! Das Baskenland, sí, mortal, tienen apellido de etarras, ¡es buenísimo!
BENEDICTO: Sí, pero no hablo ni una palabra de euskera, sólo sé decir Mariú, que es el nombre de mi mamá en vasco. Bueno y Martina, la mujer de mi tío Hernán, se llama Karpaty…
HARALD: Eso es húngaro…
BENEDICTO: Sí, el padre de mi tía Martina es húngaro, pero él en realidad nació en la Eslovaquia, en un pueblo que está muy cerca del punto tripartito entre la Eslovaquia, Hungría y Austria.
HARALD: ¡Re Bel Ami!
BENEDICTO: ¡No, nada que ver el tipo este, Tyto Karpaty se llama, es un magnate húngaro, vive en una fortaleza en San Isidro, y la mujer es una vieja re concheta que no se le entiende nada cuando habla. Ella es descendiente de sicilianos, mancha de tuco.
HARALD: Sí, mal…
BENEDICTO: Bueno, la cuestión es que mis primos se llaman Lucas y Lucía Lizarrabengoa Karpaty.
HARALD: ¡Me encanta!
BENEDICTO: Bueno, entonces como no nos fuimos de viaje de egresados, fuimos con mi mamá, mi abuela, mi tío Hernán, su mujer, y mis primos Lucas y Lucía a Malasia, Indonesia, Tailandia, Camboya, China, Hong Kong, y Japón.
HARALD: ¡Wow! ¡Ir a Japón es el sueño de mi vida!
BENEDICTO: Bueno, aprovechá que tenés marido, y andá con él.
HARALD: No es mi marido, todavía no me casé…
BENEDICTO: A ver para cuándo…
HARALD: ¡Dios! Todos me meten presión, por ahora no.
BENEDICTO: ¿Y, preparándose para el norte?
HARALD: ¡Sí! Salimos el dos de enero…
BENEDICTO: ¿Con tus Schwigeneltern?
HARALD: Con mis Schwigeneltern y mi Schwigenschwester.
BENEDICTO: ¡Buenísimo!
HARALD:. Che, ¿Y lo de Baden-Württenberg cómo va?
BENEDICTO: Mi mamá me dijo que es probable, el lunes tengo que llamar al Goethe, para averiguar, ¿a vos no te intesersaría?
HARALD: Me encantaría, pero tengo que trabajar.
BENEDICTO: Claro, comprendo. Ya nos iremos, vos con Txabi, y yo con Andriss.
HARALD: ¿Andriss?
BENEDICTO: Es un chico de Chacarita que voy a conocer personalmente mañana, no sé, me re gusta hablar con él, me pone contento, qué sé yo, es una esperanza, eine Hofnung, como dicen en las óperas alemanas…
HARALD: ¡Jajaja! Meine Hofnung… ¿Y se llama Andriss?
BENEDICTO: No, se llama Andrés, pero yo le digo Andriss, en letón, porque me gusta, ¿no suena lindo?
HARALD: Sí, suena bien, ¡jaja! Che, ¿y es sano, fuerte, y ario, como dice Micky Vainilla?
BENEDICTO: El vive en Chacarita, pero en realidad no es de acá.
HARALD: ¿De dónde es?
BENEDICTO: De Mecklenburgo-Baja Pomerania…
HARALD: ¡Jodeme!
BENEDICTO: ¡No boludo! ¿Cómo va a ser de Schwerin?
HARALD: O de Stettin, como Catalina…
BENEDICTO: ¡Jodeme que te gusta Catalina!
HARALD: No sé si me gusta o no, pero es híper bizarra, qué sé yo, es como un ícono ella.
BENEDICTO: Yo la adoro, mi máxima aspiración es llegar a ser como ella, es más estuve en todos sus palacios, incluídos en Petit-Hermitage, y Oranienbaum, ese casi nadie lo conoce.
HARALD: ¡Wow, qué flash! El Petit-Hermitage, donde hacía sus reuniones íntimas…
BENEDICTO: Sí, ahí llevaba a sus amantes, que eran como cuarenta años más jóvenes que ella, y les ponía retratos eróticos en las paredes, eran una especie de afiches porno del siglo XVIII.
HARALD: ¡Wow! ¿Entonces el chico este que conociste es de San Petersburgo?
BENEDICTO: ¡Jajajajaja! ¡Nada de eso! Es santafesino.
HARALD: Ah, ¡jajajaja!
BENEDICTO: Viste que ahí está lleno de gringos, que se llaman Knappertsbusch, o Isserstedt.
HARALD: ¡Jajajajaja! Sí, ¿y este se llama Andriss Flaumenkuchen?
BENEDICTO: ¡Jua! Se llega a llamar así y me caso, fuera de joda que me caso, y en San Bonifacio…
HARALD: ¡Jua!
BENEDICTO: ¿Te acordás en las clases de optimist, los sábados a la mañana, que vos me decías que te llevaban a San Bonifacio?
HARALD: Sí, jaja, no sé qué era peor, si San Bonifacio, o las clases de optimist…
BENEDICTO: Y al final, no fuiste ni Pater, ni Schiffmann.
HARALD: ¡Ja! Nunca quise ser un Pater, sólo iba al Bonifatiusheim porque me llevaban, y tampoco quise ser realmente un Schiffmann, sólo me lo hacían creer.
BENEDICTO: ¡Claro, si vos eras como una Blümchen!
HARALD: Una Blümchen, ¡qué gracioso!
BENEDICTO: Sí, si eras re delicadito, me acuerdo que llorabas todo el tiempo, hablabas con una cadencia entre kindlich y weiblich…
HARALD: ¡Jajajajaj! ¡Entre kindlich y weiblich! También se dice puto…
BENEDICTO: Una Gretel en cuerpo de Hänsel…
HARALD: ¡Jaaaa! ¡Buenísimo! ¡Gretel en cuerpo de Hänsel! ¡Me encanta!
BENEDICTO: Sí, mal, sos re Hänsel, ¿te gusta eso?
HARALD: ¡Claro que me gusta!
BENEDICTO: ¿Te gusta por lo kindlich o por lo goloso? ¡Jajajajajaja!
HARALD: No, me gusta porque a Hänsel me lo imagino como un nene, y me lo imagino lindo.
BENEDICTO: Sí, vos re das Hänsel, si fueses contratenor, podrías cantarlo perfectamente. Das el physique du role perfecto, no sólo para el Hänsel, para todos los papeles de Male soprano y Male alto, Cherubino, Octavian, todos los castrati del barroco…
HARALD: ¡Tercera vez que nos vemos, y ya me querés castrar!
BENEDICTO: ¡No, Mann! Yo te conocí cuando teníamos siete años, tu padre quería hacer de vos un rudo marinero, y yo te digo que debés convertirte en un contratenor sopranista, ¡Sos ideal para eso! Además, el noventa por ciento del público operómano son varones gays, y los contratenores, y más si son jóvenes y bien parecidos, son ídolos, ganan fortunas, viven como duques de Sajonia-Teschen…
HARALD: ¿Vos crees que sigo teniendo esa cadencia tan weiblich que tenía cuando era chiquito?
BENEDICTO: No es necesariamente weiblich, más bien kindlich, diría yo. Y no, la voz te cambió, ahora tenés voz de varón adulto, del mismo modo, no creo que sigas con ese pánico atroz a las chatas areneras, aunque comprendo que no te gustara subirte al velerito, y prefirieras quedarte conversando el la lancha conmigo, o suburte conmigo al optimist, por terror a tumbarnos, y para que te contara los cuentos de los enenitos verdes…
HARALD: ¿Te acordás de los cuentos de los enanitos verdes? A mí me fascinaban, yo después iba y los contaba en el colegio, y se cagaban de risa, lástima que vos tuviste tu optimist antes que yo, bueno, yo a decir verdad, nunca tuve uno propio, y ahí ya no podíamos navegar juntos.
BENEDICTO: Sí, y no sé bien cuando dejamos de vernos, yo siempre quise encontrarte.
HARALD: Y me encontraste, y al parecer, sigo teniendo la cadencia kindlich o weiblich que tenía cuando era chiquito…
BENEDICTO: Bueno, te diré, no es una cosa que uno te vea y diga, ¡qué bruto este pibe, qué machazo cómo habla! Seguís siendo bastante Bube, pero al menos ya no perforás tímpanos.
HARALD: ¡Jajajajajajajaja!
BENEDICTO: ¿Yo te parezco weiblich?
HARALD: Yo no diría weiblich, kindlich claro está que no, vos serías como la Mariscala, o como Catalina la Grande… Una dama rica, noble, fuerte, poderosa y devoradora de hombres jóvenes y apuestos…
BENEDICTO: ¡Ay, Hänsel, te agradezco por lo que me toca, lástima que no sea cierto!
HARALD: Me encanta que me llames Hänsel…Ya llegará tu momento, Benedictus, me gusta Benedictus, me hace acordar al Requiem de Mozart. Mañana tenés que ponerte lindo para deslumbrar al santafesino.
BENEDICTO: Espero no espantarlo.
HARALD: Recordá esto siempre, Benedictus, “sei so nett!” Eso siempre me lo decía mi maestra de primer grado, “ser so nett!” Yo siempre lo apliqué, y tan mal no me va…
BENEDICTO: ¿Sabés, Hänsel? Yo tengo un cyberamiguito, también de Santa Fe, es un gringuito, fan del animé, en ese pueblito donde vive él, ser schwul es muy difícil, entonces, toda su vida gay, se reduce a amistades virtuales por internet, yo soy una de ellas, hasta ha tenido novios virtuales de otros países, él dice que en el animé gay, yo no entiendo nada de eso, hay un tipo de relación, al estilo de la amistad griega, en la que hay uno que es seme, y otro que es uke, el seme es generalmente mayor en edad, y es como más protector, y el uke, vendría a ser el protegido. Vos, en términos de mi amigo santafesino, me das al sensación de uke, no por lo inmaduro, vos sos más maduro que yo, pero me das uke, ¡jaja!
HARALD: Claro, por eso me decís Hänsel…
BENEDICTO: Mirá como llueve, ¿te querés quedar a dormir?
HARALD: ¡Claro! ¿Por qué no?
BENEDICTO: El gringuito este, dice que así como no existe la amistad entre el varón heterosexual y la mujer heterosexual, siempre hay fines ulteriores o tensión sexual entre dos varones gays. Eso es mentira, ya ves como vos y yo somos amigos, Hänsel…
HARALD: ¡Claro!

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