viernes, 11 de mayo de 2007

La 36 de Mozart


Hola! Soy Sebastian, y les voy a contar algo que me pasó hoy. Como sabrán, estoy con loos preparativoso de un tour que voy a hacer por Europa con Gustl, lo cual me tiene bastante ansioso y estresado; todo el día de ayer y de hoy lo dediqué a las reservas hoteleras, llamados, Emauls, etc, y hoy a la nochecita llamé a Gustl para invitarlo a comer, pero no estaba, abrá conseguido algún chongo poor ahí; me chupa un huevo! Decidí hacer algo para desestresarme y me fui al playroom a escuchar alogo de música; pensé en varias alternativas; la 36 de Mozart; la 41, alguna de Tchaikovsky; la quinta de Mahler y finalmente me decidí por la 36 de Mozart, la que había pensado al principio; a esta sinfonía en alemán se la denomina "Linzer" poorque la compuso Mozart para la ciudad de Linz, en Austria; y es una de mis sinfonías favoritas; su forma, respetando los cuatro movimientos, es el arquetipo de la sinfonía clásica. Para mi "relax", elegí el formato DVD, más precisamente la versión de Karl Böhm con la Orquesta Filarmónica de Viena en la sala Musikverein, que me regaló mi mamá junto con las demás sinfonías en un triple de DGG -quiero remarcar que mi papá dirigió esta sinfonía en video, con la misma orquesta y en la misma sala, para el sello Philips-. Böhm tiene una interpretación muy vienesa, elegante, refinada y sin la solemnidad que tiene por ejemplo Klemperer -mi versión de referencia y la que estoy escuchando ahora, ya que decidí poner alguna versión de la "Linzer"para escuchar mientras escribo esto. El primer movimiento, empieza en forma de Adagio, lento y solemne, y luego es un Allegro spiritoso, mucho más rápido y jovial, sin perder nunca el aire "magnífico"; Böhm logra una interpretación sencilla y muy elegante, lejos de la gran pompa solemne del maestro judío de Breslau. Yo me acomodé en un sillón de madera oscura con almohadones muy mullidos que mandó a hacer mi mamá, que tiene como forma de concha y yo lo llamo "la concha"; como una perla en su concha, me dejé llevar por la música, mirando de reojo la pantalla y sumerjido en la música, estaba bastante estresado, pero trataba de dejarme llevar; luego vino el segundo mivimiento: "Poco adagio", de sonidos tranquilos casi etéreos, Böhm cumplía muy bien. Luego vino el Menuetto (tercer movimiento) con un gran aire solemne, en ese momento cerré los ojos y me sentí transportado a la Austria dieciochesca, puse mis pies sobre una silla y apoltronado en "la concha" viví ese gran menuetto como una especie de letargo. Poor último llegó el "Finale" -cuarto y último movimiento- que es un presto, una forma muy veloz, divertida, sin perder nunca la elegancia y la majestuosidad; ahí es donde Böhm se lució; yo abrí mis ojos, una sonrisa se dibujó en mi cara y acompañaba el compás con movimientos de mis manos. Al terminar la sinfonía, le puse pausa al DVD-player, salí de "la concha", saqué el disco, lo puse en su caja, lo llevé a su repisa y me vine a la PC a revisar unos mails y escribir esto; tendría que comparar la versión con la de Klemperer, que estoy escuchando ahora, pero no tengo ganas. Hasta otra.



Sebastian von Schloss, Príncipe de Posen, Duque de Sajonia y Varsovia, y Gran Duque Luxemburgo y Lituania.

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