domingo, 18 de mayo de 2008

Dos adagiettos


Probablemente, una de las piezas musicales más famosas de Gustav Mahler, sino la más famosa, sea el adagietto de su quinta sinfonía, que iré a ver el próximo primero de junio al Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires, con la Staatskapelle Berlin, bajo la batuta de Daniel Barenboim. Este adagietto fue compuesto con bastante anterioridad al resto de la sinfonía, y fue una dedicatoria amorosa del compositor a su esposa Alma. Los motivos de la gran fama de este pequeño pedazo de música son varios; su belleza melódica, su gran emotividad, su aire nostálgico y su languidez. Pero el mayor motivo de su inmensa fama, es sin duda, haber sido elegido por Luchino Visconti como el Leitmotiv de la banda sonora de su film “Muerte en Venecia”. Para cualquier persona que haya visto algo de cine clásico, es imposible disociar los acordes del adagietto “sehr langsam” de las suntuosas terrazas del lido, el Grand Hotel des Bans, las imágenes cosmopolitas de las playas que frecuentaban la élite de principios de siglo XX, así como la fascinación desesperada y enfermiza de un hombre maduro, por un bello adolescente andrógino…
Ahora bien; en este escrito, me propongo comparar dos versiones, a mi juicio “de antología” del adagietto de la Quinta Sinfonía de Mahler. La quinta sinfonía tiene ligeras variaciones con la forma de sonata de la sinfonía clásica, se compone de cinco movimientos, a cada uno de los cuales, el compositor le ha asignado un nombre en alemán. El primero es una marcha fúnebre, el segundo se lo denomina “movimiento tormentoso” y es de gran intensidad; el tercero es un scherzo, un movimiento ágil y alegre, que se contrapone al cuarto movimiento, el adagietto, denominado “sehr langsam”, que significa “muy despacio”; el último movimiento, es un Rondo-Finale, Allegro, mucho más vivaz que el adagietto, pero que repite algunos de sus temas.
Las versiones del adagietto que quiero comparar son; la de Sir John Barbirolli, registrada analógicamente en Londres en 1969 con la New Philharmonia Orchestra, y editada por EMI; y la de Leonard Bernstein, registrada en Frankfurt en 1987 con la Orquesta Filarmónica de Viena, ésta en forma digital.
Ambos directores son grandes mahlerianos consagrados, y ambas orquestas son de un nivel altísimo. Sin embargo, las dos versiones son infinitamente distintas, la una de la otra. Si obviamos la cuestión de que una es analógica y la otra es digital, podremos apreciar que la de Barbirolli es mucho más concreta que la de Bernstein, que es mucho más apasionada y dramática. El primer aspecto a tener en cuenta, es el minuto, con veinticuatro segundos que hay de diferencia entre la de Barbirolli, que dura nueve minutos con cincuenta y dos segunos; y la de Bersntein, que dura once minutos, con dieciséis segundos. Esto, nos da la pauta de que los tempi de Bernstein, son mucho más lentos que los de Barbirolli, pero las diferencias no se acaban aquí, ni mucho menos; la versión de Barbirolli es mucho más homogénea y lineal, con un fraseo prolijo y sin grandes sobresaltos, mientras que la de Bernstein es una caja de Pandora; empieza muy débil, y va increscendo, hasta tener momentos de enorme tensión en los clímax, y luego vuelve a una paz etérea. Otra diferencia fundamental, es el sonido de la orquesta. Mientras la New Philarmonia suena prolija y ordenada, bajo la batuta de Barbirolli, la Filarmónica de Viena tiene momentos irregulares en la vorágine de emociones de Bernstein.
Desde luego hay muchas cosas más parta decir de una versión y de otra, y hay muchas más versiones excelentes para comparar. Pero me parece oportuno señalar las diferencias más básicas entre estas dos grandes versiones del adagietto de la quinta sinfonía de Gustav Mahler, y me dan una idea de lo que veré el primero de junio en el Luna Park, de la mano de Barenboim.

Benedicto, Buenos Aires, 18 de mayo de 2008.

2 comentarios:

tgcc dijo...

Muy buena crítica Principe, usted siempre tan acertado en sus comentarios y evaluaciones. Felicitaciones.

Cynega dijo...

¡Propongamos al genial pianista/director argentino Daniel Barenboim para la nominación al premio Nobel de la Paz!
Su esfuerzo por llevar el arte a los más terribles conflictos bélicos es loable.
Es hora de que el Estado Argentino proponga nombres no por demagogia ni por descarte ni porque es políticamente correcto.
http://cynega.blogspot.com/2008/05/barenboim-y-su-staatskapelle-en.html

Blog Político-Cultural: www.cynega.com.ar
Cynega