En esta publicación voy a hablar de una clase de melómano; el bruckneriano celibidacómano... Anton Bruckner fue un compositor austríaco que vivió y realizó su obra en el período del romanticismo. Su música se caracteriza por ser sumamente compleja matemáticamente, austera y edificante; en parte dado al carácter sobrio y extremadamente religioso del compositor. El tipo de melómanos que escuchan Bruckner, suelen ser varones de personalidad muy seria y tendencias conservadoras, muchos de ellos, en extremo devotos; y con una estructura mental absolutamente matemática y esquematizada. Abundan entre los brucknerianos, matemáticos, físicos, ingenieros y estudiantes de estas profesiones. Según los parámetros de la piscología ortodoxa, esta clase de individuos, son el arquetipo de la masculinidad; austeros, taciturnos, edificantes, matemáticos, esquematizados... En la primera mitad del siglo XX, hubo dos directores de orquesta, que fueron considerados los mejores intérpretes de la música de Bruckner; ambos alemanes: Hans Knappertsbusch y Wilhelm Furtwängler; ambos fueron también probablemente los dos mayores intérpretes wagnerianos de los que se tiene registro. Al terminar la II Guerra Mundial, el mando aliado en Berlín, designa a un joven director rumano, para el puesto de director titular de la Filarmónica; Sergiu Celibidache; este era matemático y sabía mucho de física, es considerado por muchos como el sucesor de Furtwängler, que fue quien desempeñó ese cargo durante el período nazi; aunque Celibidache es aún más esquemático y edificante que el alemán... Ahora bien, los melómanos que saben escuchar Bruckner y eligen a Celibidache como su mejor intérprete, son el grado extremo del pensamiento "masculino"; mediante el método de observación; he notado que además de las características ya mencionadas, los celibidacómanos, suelen ser muy pasionales. Aclaro que esto es solamente una hipótesis basada en la observación; pero mi enunciado sería el siguiente: "este tipo de varones en extremo masculinos, lo son tanto, que esconden una homosexualidad, que probablemente no aflore nunca"; con esto no quiero decir que sean homosexuales de hecho; pero es sorprendente como estos seres en extremo viriles y conservadores, tienen tan buena relación con los varones homosexuales. Yo personalmente admiro mucho a los brucknerianos celibidacómanos, y por otra parte, no los entiendo...
Sebastian von Schloss, gran duque de Luxemburgo, de Posnania, de Silesia, de Pomerania, de Danzig, duque de Sajonia y Varsovia y príncipe elector.
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