domingo, 5 de abril de 2009

La escena del retrato


Una noche de primavera en la cocina de la casa de Tomás Reining y Wilhelm Fassbaender en Wannsee, Wilhelm está durmiendo y Benedicto y Tomás están hablando en castellano mientras toman café y escuchan Tristán e Isolda dirigido por Fritz Reiner con Kirsten Flagstad y Lauritz Melchior…

Tomás: (sirviendo el café en dos tazas y agregandole leche, crema y canela) No creo que ningún kelper, que tiene el 96% de las necesidades básicas cubiertas, y bastante más, le interese ser ciudadanos de un país con instituciones y una clase política como la nuestra, y que además, culturalmente, sólo la liga que somos occidente y tenemos una supuesta mayoría de blancos.

Benedicto: ¿Y eso qué importa? los kelpers son sólo 2000 personas o sea, que ocuparían un par de manzanas en departamentos de Londres ellos no son un pueblo no tienen derecho a la autodeterminación.

Tomás: ¿Imaginás a un millón de correntinos, santiagueños, chaqueños, formoseños, salteños, jujeños, catamarqueños, riojanos y tucumanos ahí?

Benedicto: ¿Y cual sería el drama con eso?

Tomás: Imaginate 50 años del archipiélago con esa composición étnica...

Benedicto: Ademas... En Tierra del Fuego hay solo 60.000 habitantes, y la mayoria son provincianos, y son muy civilizados y estan llenos de guita.

Tomás: Yo estuve en Tierra del Fuego, y es verdad que tienen el nivel de vida más alto de la república, y hay mucha gente del NOA, del NEA y de Chile, pero no son ellos quienes le dan el alto nivel de vida a Tierra del Fuego.

Benedicto: Bueno lo mismo puede pasar en las Malvinas.

Tomás: Pero los que hicieron que Tierra del Fuego sea una Gales austral, fueron los ingleses, holandeses y franceses, junto con familias tradicionales criollas de origen castellano-vasco.

Benedicto: No se si es tan cierto de todos modos ¿Por que las islas, que son argentinas, deberían ser algo diferente del resto del país?

Tomás: Sería excelente que tuviésemos soberanía reconocida internacionalmente sobre las islas. Pero la guerra no es la manera, y menos aún contra la OTAN.

Benedicto: eso es lo que dije

Tomás: Ya lo sé. La guerra del 82, sólo embarró el terreno, y logró que todo aquél que reclame la soberanía por la vía diplomática, sea tildado de fascista. Me retracto. No sólo embarró el terreno Eso es lo menos malo que logró. El costo más alto fue la muerte de tantos jóvenes.

Benedicto: ajá

Tomás: (Cambiando de tema) Ben, tengo algo para mostrarte, muestra en su notebook la foto de un chico rubio de pelo lacio y ojos azules, muy guapo, con una hermosa sonrisa que deja ver una dentadura perfecta (pausa) ¿Comés?

Benedicto: ¿Quién es?

Tomás: Hijo de padre de grupo de alemana de buen pasar...

Benedicto: ¿Hijo de quién, edad, de dónde?

Tomás: Hijo de don Gonzalo María Fagoaga y doña Amalia Larreta de Fagoaga, 27 años, Belgrano, ex rugbier CASI, está viviendo en Berlín, haciendo una pasantía de Economía Internacional en la Universidad de Kladow...

Benedicto: Muy bien llevados los 27 años, parece de menos. Pero se me hace que es Una marica perdida…

Tomás: ¿Y eso por qué?

Benedicto: Porque parece que se pasa la planchita, y eso sólo lo haría una mujer, o una maricona empedernida y perdida, reconozco que puedo errar (pausa) ¿cómo se llama?

Tomás: Sebastián Fagoaga Larreta

Benedicto: ¿Lo conocés en persona?

Tomás: No. Pero nuestras familias se conocen por varios lados. Y varios ex compañeros míos lo conocen. Me han dicho que es muy devoto y es fácil verlo en Misa.

Benedicto: ¿Es gay?

Tomás: Naturalmente...

Benedicto: ¿Tiene novio?

Tomás: Tenía.

Benedicto: ¿Está en el placard o fuera?

Tomás: Si el padre va al grupo de Irmgard...

Benedicto: ¿Qué importa eso? ¿Acaso no van muchos que cuentan de lo difícil que es que sus hijos no se acepten a si mismos?

Tomás: No es el caso de don Sebastián Es tan gay como euskera: 50% del País Vasco Español y 50% de la Navarra Francesa...que por si todo lo que te conté fuera poco, debe su nombre al Santo Mártir que le da nombre a la ciudad de origen de la ilustrísima familia de su padre... Benedicto... yo logré superar mis fantasmas, me vine a vivior a Alemania y soy feliz en la medida de mis posibilidades con Wilhalm... Un boccato di cardenale así se encuentra una vez por lustro con suerte... Te lo estoy regalando con moño...

Benedicto: ¿Quién? no te comprendo.

Tomás: Benedicto; Gay, ex rugbier, rubio, de ojos azules, ABC1, católico practicante, 100% vasco, y su nombre lo debe al Santo Patrono de una ilustre familia de Donostia... Que por si eso fuera poco, es el santo más sexy de todos…

Benedicto: ¿Y con eso qué?

Tomás: ¿Preferís un negro de Paraguaybaires?

Benedicto: A ver… Ya reconocí las cualidades del pibe ¿No estás conforme? Te dije que es lindo y tiene muy bien llevados sus 27 años, al parecer de menos

Tomás: Don Ottavio siempre ponderó las virtudes viriles de los inmigrantes de Euskadi, que había muchos en su época... (Benedico se ríe)

Tomás: Además... Mirá esa sonrisa, ese "Joie de vivre", una foto lo transmite, ves la foto y te dice "soy un pendejo re copado y la vamos a pasar bárbaro" Por otro lado, ya es hora de que sientes cabeza, vos bien sabrás que hay un proverbio que dice que sólo Dios tiene derecho a la soledad...

Benedicto: No entiendo a qué vas que tiene que ver ese pibe conmigo y mi soledad.

Tomás: Sos un buen pibe. Completamente loco de remate, pero cultísimo, copado y buena persona. Me gustaría mucho verte feliz en pareja con un chico que te merezca. Y Sebastián Fagoaga Larreta, me parece el candidato ideal. Por otro lado, tenés que dejar la Argentina y tu vida allá atrás, despegar, vos tenés mucho potencial, Benedicto...

Benedicto: (Se ríe estrepitosamente) Loas sean dadas a tus cometarios y tus buenas intenciones pero ese pibe y yo no nos conocemos, así que eso que decís esta bien lejos de ser posible.

Tomás: Bueno, si me avisás, empiezo a mover influencias... Pero tenés que apurarte... Comprenderás que hay muchísima demanda.

Benedicto: Bueno, un "premio mayor" tan grande sólo es merecido para quien lo vaya a buscar y ponga su empeño en tal empresa. Y nada más alejado de mi modo de hacer las cosas. Por otra parte, cuando decías "te lo estoy regalando",ahora comprendo, delirabas: porque no podés regalar lo que antes no sea tuyo…

Tomás: No me subestimes Benedicto, detrás de mi complicadísima personalidad y la historia sin fin de los fantasmas de mi madre, se esconde alguien más inteligente de lo que crees...

Bendicto: Tomás... sabés que no te subestimo. Pero si el pibe no es tuyo, no podés regalarlo…

Tomás: Le regalé Sebastián Dessaix a dos...

Benedicto: ¿Cómo es eso?

Tomás: Imaginate si no puedo regalarte un Sebastián a vos...

Benedicto: Claro, a Rubiofuego...

Tomás: Y a Rodrigo Martínez Alzaga… Al único Sebastián que no regalo es a mi gato.

Benedicto: (Se ríe) Vos venís a ser como esas duquesas gordinflonas y podridas en guita, parientas de media Europa y miembro (aunque tal vez remoto) de casi todas las casas reales. Que eran las encargadas de armar los matrimonios arreglados de toda la prole de los reyes… (pausa) Las que se juntaban entre ellas a tomar en té y decían: "a Maria Antoinette de Habsburgo-Lorena, por su personalidad, alcurnia, estilo, carácter, ademas de conveniencias políticas, la podemos casar con Monsegnieur Le Dauphin, dom Louis August de Bourbon-Orléans et Saxónie…

Tomás: Pero yo no doy Sofías Federicas, ni Sofías Doroteas, ni Estanislaos Augustos de
Hannover o Sajonia ochenta mil, yo doy Sebastianes de Donostia, de la Navarra Francesa,
del cantón francés, del cantón alemán, de Irlanda, de Toscana, de Abruzzo y del Volga...

Benedicto: Ajá, la idea era la comparación. Nuevamente agradezco tus pensamientos, pero seguro le encontrarán más utilidad alguno de tus otros amigos, más interesados en noviar, que este humilde servidor, y hasta tal vez más dignos de tales distinciones. (cambiando de tema) Te recomiendo un libro que estoy leyendo que es magnífico por donde se lo mire: "La Rebelión de las Masas" de José Ortega y Gasset.

(Tomás Reining mirá a Benedicto de soslayo, hace rato que terminaron el café, el primer acto del Tristán está llegando a su fin)


Manuel Lamas, Buenos Aires, 5 de abril de 2009

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