Ensayo sobre las mujeres

Según el juego de oposiciones que es el lenguaje, y más explícitamente, la lengua castellana: una mujer es “todo hombre que no es un varón”. Esta definición ha cambiado mucho a través del tiempo. En el pasado, se consideraban mujeres a todos los hombres con órganos genitales y anatómicos femeninos. En los últimos años, si tuviéramos que decir qué es una mujer, se podría decir que es todo hombre, sin importar su anatomía e inclinación sexual, que tiene una “estructura psíquica correspondiente a una mujer”. No voy a definir tal cosa, ya que para hacerlo, debería hacer una monografía de no menos de seiscientas páginas, y no creo estar en condiciones de hacer enunciados correctos Esto se lo dejo a psiquiatras, psicólogos, neurólogos, filósofos y demás personas que se ocupen de esos temas.
Para concluir, quiero decir que una mujer puede ser:
-“Un hombre que es anatómicamente femenino y se siente atraído sexualmente por varones”.
- “Un hombre que es anatómicamente femenino y se siente atraído sexualmente por mujeres”.
- “Un hombre que es anatómicamente masculino y se siente atraído sexualmente por varones” (lo cual no implica que todos los varones que se sientan atraídos por varones, sean mujeres).
Por último, hay un caso hipotético del cual no conozco ninguno empírico: “Un hombre anatómicamente masculino, que se sienta atraído por mujeres”.
Sea cualquiera de estas opciones, vuelvo al principio, donde afirmo que una mujer es “todo hombre que no es un varón”, y digo que “para no ser un varón tiene que tener una estructura psíquica correspondiente a una mujer”.


Sebastian von Schloss-Hohenzollern, gran duque de Luxemburgo, Posnania y Lituania, duque de Hohenzollern, Hannover, Sajonia-Coburgo, Sajonia-Varsovia, Rutenia, Prusia, Masovia, Samogitia, Kiev, Volinia, Podolia, Podlasia, Livonia, Smolensk, Severia y Chernihiv, príncipe imperial de Alemania, príncipe real de Prusia y Polonia y señor de la Orden Teutónica. Buenos Aires, 16 de octubre de 2008.